¿Qué podemos aprender del universo de Milei (Milei-verso)?
En medio de la fragmentación de internet, hay un reto en la expansión de las juventudes libertarias en la región. ¿Hay formas de reconectarnos?
Imagen generada en DALL-E con los términos “image inspired by Salvador Dalí's style, featuring 6 young men looking towards the horizon in a desert landscape”.
👋🏾 ¡Hola!
Les doy la bienvenida a La Lupa Digital: Justicia de Género. Soy Cristina Vélez Vieira una politóloga colombiana que desde hace varios años se dedica a investigar ecosistemas digitales y su impacto en la movilización social 📶.
En Argentina 🇦🇷, el candidato Javier Milei y sus discursos anti-género no ganaron la primera vuelta presidencial, pero su rápido ascenso nos deja mucho que pensar. En especial, como organizaciones que trabajamos por la justicia de género en América Latina, hay un dato que no deberíamos dejar pasar. Los análisis electorales que tratan de adelantarse a lo que pasará en segunda vuelta el 19 de noviembre, muestran que parte importante de la fuerza electoral de este candidato está en hombres menores de 25 años, esto debido a que en Argentina es posible votar desde los 16 años. Lo llamativo es que algunos de estos mismos jóvenes que hoy apoyan a Milei –un opositor al Ministerio de la Mujer y al aborto–, en 2019-2020 acompañaron a sus amigas a marchar por la Marea Verde y eran aliados de sus causas 🤦🏽♀️.
En el pódcast El Hilo entrevistaron al padre de uno de estos jóvenes, quien aún no entiende cómo su hijo vota por un candidato machista, considerando que, en sus días de colegio, él y sus amigos se acercaron mucho al feminismo. “Hasta hablaban con lenguaje inclusivo”, dice. Su hijo, Mateo, le responde en una entrevista: “Que Milei sea despectivo con las mujeres, a mi ya me chupa un huevo [ya no me parece relevante]. Yo ya estoy pensando más en mi futuro, estoy pensando más en la plata, en lo económico”.
En este boletín me acerco al Milei-verso y a las redes de hombres jóvenes menores de 25 años que están empezando a seguir ideas libertarias. ¡No solo en Argentina! Se han acercado tanto a este candidato como a José Antonio Kast en Chile o a influenciadores que se denominan “la nueva derecha”. Entre estos últimos están Agustín Laje (Argentina), Kim Kataguiri (Brasil), Axel Kaiser (Chile) y Samuel Ángel (Colombia). También hago zoom 🔎 en las barreras que estamos enfrentando las organizaciones que trabajamos por la justicia de género para reconectar con estos jóvenes en internet.
Resalto, además, la importancia de bajarnos de lo digital para escuchar y conversar con ellos, usando la ficción y otros puentes. Al final comparto varios recursos y experimentos en esta línea basados en el increíble libro de David McRaney ¿Cómo cambian las mentes?👌🏽 Prometí que lo leería para esta edición 😊.
[El estado de la tormenta⚡]
En ¿Cómo cambian las mentes? hay varias pistas sobre el paso a paso que puede estar llevando a jóvenes como Mateo a desconectarse de nuestras causas. Como lo muestran cuatro estudios recientes sobre juventudes en la región que iré enlazando a continuación, la incertidumbre existencial que los envuelve y la falta de perspectivas de empleo, ha llevado a muchos de ellos a poner la idea de democracia en pausa y a tomar posiciones de ruptura ✂️.
Estos jóvenes han empezado a confiar ciegamente en una idea de “emprendimiento basado en una subjetividad neoliberal” que se alimenta de comunidades de conversación digital alrededor de las criptomonedas, o de su día a día como conductores o domiciliarios a través de aplicaciones como Uber, Rappi o Wappa Motorista (para Brasil), muy cercanas a discursos que disfrazan la explotación.
McRaney comenta que cuando una persona hace un tránsito de creencias, muchas veces lo hace empujada por una situación de choque o incertidumbre o por sentir que no es escuchada en la tribu a la que creía pertenecer. Según la investigación de la socióloga argentina Melina Vázquez, hay dos hitos principales que explican la efervescencia de los jóvenes libertarios que hoy siguen a Milei: 1️⃣ el aislamiento en la pandemia y las medidas de cuarentena que son vistas por esta generación como medidas de “control” y “restricción” de un gobierno kirchnerista y de izquierda, y 2️⃣ la inflación que cada día acorrala más sus bolsillos y oportunidades.
Según Vázquez, todo esto ha llevado especialmente a varones jóvenes a refugiarse en toda una nueva subcultura. Por una parte, se encuentran en conciertos de rock con bengalas y camisetas que exhiben consignas libertarias. Por otra parte, se conectan a través de comunidades digitales de nicho donde sienten que sí pueden expresar lo que les inquieta y hablar abiertamente de lo que piensan 💬. En Argentina, estas últimas comunidades son lideradas por influenciadores como el candidato Javier Milei, el músico Emmanuel Danann, el militante liberal Álvaro Zicarelli y varios youtubers de criptomonedas.
Según el informe Juventudes y Democracia, que entrevistó varios de estos jóvenes en 2022, las audiencias que apoyan la nueva derecha aprecian a estos influenciadores porque llegan a hablar “las cosas como tienen que ser” en un contexto político en el cual “el aborto (es) un tema medio sensible. Solo se (puede) tener una opinión”. Muchos están cansados de leer noticias sobre la pandemia y el cambio climático que los pone mal y genera ansiedad, depresión.
Mateo, el joven que aparece en El Hilo, menciona varias de estas situaciones como las razones que lo llevaron a empezar a consumir contenidos libertarios y a distanciarse de espacios feministas. Y añade: “(en su) momento existían los típicos gorilas, retrógrados, antifeministas, anti todo eso. Hoy (a ellos se les) sumó un sector que no era del sector ese, pero que (...) está rechazando todas esas cosas”.
En “Radiografía de hombres en América Latina”, una investigación publicada recientemente por Sensata y Puentes que analizó 25.269 encuestas hechas en 17 países de la región, muestra que esta afirmación de Mateo no solo aplica a Argentina: un 51% de los hombres menores de 25 en la región tienen una visión negativa de las feministas.
En otros países de la región, este segmento de jóvenes también tienen otras preocupaciones. Por ejemplo, que nunca van a poder adquirir una propiedad 🏡 (una angustia que en Chile movilizó el voto contra del primer borrador de la Constitución). También se afianza la idea de que las calles son inseguras y necesitan líderes que les ofrezcan seguridad como, por ejemplo, Nayib Bukele (presidente de El Salvador). La frase “No me importaría que un gobierno no democrático llegara al poder si resuelve los problemas” es apoyada hasta por un 70% de los encuestados en países como Honduras, según el Latinobarómetro 2023.
[Herramientas de navegación 🛠️]
A nivel práctico, todo esto nos llama a:
⚫ Hacer más estudios de audiencias que nos permitan entender y empezar diálogos con audiencias de hombres jóvenes.
Les recomiendo el último estudio de Sensata y Puentes pues tiene muchos datos que nos pueden ayudar a entender no solo el Milei-verso, sino cómo algunos jóvenes tienen preocupaciones similares en otras partes de la región. Identifica dos grupos entre las audiencias flexibles –donde no hay ni antagonistas ni simpatizantes– con los que que hay potencial para conversar:
Flexibles deportistas: son más conscientes de las inequidades de género.
Flexibles creyentes: podemos abrir puertas a través de su sensibilidad hacia la conservación ambiental.
⚫ Evitar que siempre sean otras voces las que hablan de prosperidad económica y de “un mejor futuro económico para la juventud”. Sobre esto, me gustó mucho esta guía de nuevos encuadres para hablar de economía que me regaló una investigadora de FrameWorks en la Confluencia sobre poder narrativo que Puentes co-organizó en Bogotá 💜. Sugieren, por ejemplo, que cuando los libertarios hablen en términos de “maximizar crecimiento” y emprendimiento, nosotras podemos hablar de “lograr una vida digna para todos, preservando el ecosistema”.
⚫ Probar la ficción como recurso. Recientemente, en una tertulia organizada por Iris, la escritora y activista por los derechos humanos en internet Marianne Díaz Hernández nos mostró cómo podemos ficcionar historias para combatir lugares comunes (tanto los nuestros como los de nuestras audiencias). Esta perspectiva puede ser interesante en el caso de los jóvenes libertarios.
Hace poco apliqué esta idea en un proyecto de escucha digital en Honduras. Identificamos tweets de mujeres católicas a favor de la ley de educación sexual. Una de ellas, por ejemplo, escribió: “Si tengo muchos hijos, nadie les dará de comer. Con la única hija que tengo no me ayudan. La educación sexual es crucial”. Este tipo de publicaciones puede anonimizarse e integrarse en un solo personaje, ofreciendo una perspectiva inesperada (como lo hace aquí Privacy International en otro tema). La contrucción de personajes en el caso de Honduras ayuda a mostrar que no todas las personas religiosas tienen argumentos para respaldar #ConMisHijosNoTeMetas y por eso es clave llegar a ellas con campañas no confrontacionales como #FamiliasQueCuidan.
⚫Y por último, no olvidar que tenemos que seguir inspirando a las mujeres para equilibrar la balanza y fortalecer el dique contra nuevos autoritarismos. Me encantó este artículo de Latfem donde muestran las técnicas de comunicación popular que aplicaron en Argentina dos semanas antes de la primera vuelta, cuando identificaron que era clave movilizar el voto femenino para combatir la ultraderecha. Aquí pueden ver varios ejemplos de “afichadas, stencileadas (y) pintadas callejeras” que ayudaron a conectar y a entusiasmar.
[Nuevos nortes 🛤️]
Lo que me gustó de ¿Cómo cambian las mentes? es que trata de mostrarnos que no existe algo así como un “oponente intelectual” que podamos vencer a punta de hechos y argumentos morales, pues según toda la ciencia que referencian allí, toda persuasión requiere “auto-persuasión”.
McRaney encontró que las estrategias más efectivas para acercarnos a quienes piensan diferente son las que nos llevan a “dejar de debatir” para “empezar a conversar” 💭. El autor entrevista a los creadores de tres técnicas que recomienda y que a mí me parecieron fascinantes. Todas ellas comparten principios similares:
Bajarnos del mundo digital para tener conversaciones presenciales 1:1 que no se centren en presentar argumentos, sino en guiar a las personas a entender y recorrer su propio pensamiento hasta encontrar un recuerdo o una emoción que los vincule con nuestras causas, y
Abrirnos para entender que no siempre la meta debe ser convencer al otro, sino ir desarrollando mutuamente “empatía cognitiva”. Se trata de ir entendiendo entre todos que el mundo es objetivamente distinto dependiendo del cerebro que lo vea.
Las tres técnicas:
⚫ Deep Canvassing: probado con mucho exito por el LGBT Center de Los Ángeles para hacer fluir la opinión sobre matrimonios del mismo sexo.
⚫Street Epistemology, definido por su creador Anthony Magnabosco que nos impulsa a reflexionar sobre la calidad de nuestro razonamiento.
⚫ Smart Politics, creada por la psiquiatra Karin Tamerius con pasos similares a los demás enfoques para tener conversaciones. Primero, crear un piso de confianza. Segundo, preguntarle a nuestro interlocutor por una postura concreta sobre un tema y acompañarlo a analizar cómo llegó a esta postura. Es importante mencionar si uno tiene una posición propia frente al tema y cómo llegó a esta y resumir con los mismos términos/conceptos de la persona, despedirse y desearle lo mejor.
➕ Bonus: para aplicar un enfoque similar en América Latina, las animo a ver el trabajo increíble que está haciendo Mutante.org con Opuestos Dispuestos.
El objetivo en todo esto es tratar de ir más allá de las categorías de vencedores y vencidos. A propósito, aprovecho para compartir una reciente entrada del blog de Thomas Coombes sobre la idea de “amor radical” como nueva forma de incidencia y la campaña que con este concepto llevó Ekrem İmamoğlu a la alcaldía de Estambul. Todo esto está muy alineado con dos textos que leí últimamente y que hablan de un activismo desde el encuentro con la diferencia y la “empatía cognitiva” ❤ ️🔥. Con estas dos referencias les digo, hasta el próximo boletín.
Relational Activism, de la antropóloga alemana Joana Breidenbach.
This is Why I Speak of “Postactivism, del poeta, filósofo y profesor nigeriano Bayo Akomolafe.
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Diseño: Emii / Edición: Koleia Bungard